El reconocido empresario José Moro ha sabido llevar su marca al éxito aplicando la innovación a la tradición que siempre ha marcado la esencia de esta empresa familiar
En su libro, José Moro cuenta cómo las Bodegas llevan desde 2007 consolidándose como pioneros en aplicación de alta tecnología a la viña, que hacen posible saber con precisión el estado de cada uno de sus viñedos y controlar los datos desde el móvil
Bodegas Emilio Moro ha empezado a colaborar con Cubic Fort, una startup que aporta la tecnología blockchain para conseguir una trazabilidad de la uva desde la vid hasta la tolva de recepción en la bodega.
Bodegas Emilio Moro se han consolidado como una de las más punteras y reconocidas a nivel nacional y mundial. En continuo crecimiento, deben parte de su éxito a la apuesta constante por la innovación de su actual CEO, José Moro, que ha sabido trazar con acierto ese camino en el que la innovación y la tradición se encuentran. El nieto del fundador de las Bodegas obtiene a menudo reconocimientos por esta fórmula ganadora, como su inclusión en la lista Forbes España de los 100 empresarios líderes en innovación (primer bodeguero de la historia que aparece en ella) o su nombramiento como CEO del año en comunicación e influencia.
En Bodegas Emilio Moro son pioneros en España, y posiblemente en una gran parte del mundo, en la aplicación de una serie de tecnologías a la viña para obtener no solo mayor calidad en las uvas y en el producto final, sino también para agilizar y automatizar los procesos de forma significativa. Tal y como se cuenta en su libro solidario, “Si lo sabes escuchar el vino te habla” (Gestión 2000. Grupo Planeta), desde 2017 utilizan un evolucionado geolocalizador en el que un equipo de especialistas toma grabaciones aéreas de los viñedos con drones para obtener una radiografía precisa de cada zona. Con ello se consigue disponer de una interpretación agronómica de los datos y un diagnóstico pormenorizado del estado nutricional de cada planta, combinando con una red de sensores que miden diferentes variables del suelo y que, al cruzarse con las imágenes por satélite, proporcionan datos sobre los niveles de clorofila, nitrógeno, luz o estrés hídrico de las plantas. José Moro explica que “esta información nos permite medir en tiempo real factores ambientales clave para nosotros, como la humedad, temperatura, o la salud de las propias vides, con la ventaja de que ahora podemos controlar desde un ordenador, incluso un móvil, cómo está en cada momento un viñedo y qué intervenciones son necesarias en cada lugar preciso”, algo posiblemente de gran utilidad teniendo en cuenta que Bodegas Emilio Moro dispone de aproximadamente 250 hectáreas propias.
Desde 2017, el empresario ha estado muy centrado en dar un impulso hacia lo que él llama la “bodega del futuro” mediante el uso de tecnologías combinadas como la IoT (Internet of Things), la inteligencia artificial, biotecnología, robótica o Big Data, aliándose para ello con importantes empresas tecnológicas. Además, asegura mantenerse muy atento a los principales avances en esta materia, para estudiar cómo pueden aplicarse en las bodegas. “Hace unos años era impensable, pero ahora podemos conocer con absoluta precisión la cantidad ideal de riego y fertilizante que necesitan las cepas en cada momento, qué áreas podar, cuándo cosechar, etc, lo cual revierte en la calidad de la uva y del producto final, sin que por ello se pierda la esencia de la creación de vinos”, añade José Moro.
Blockchain para certificar la D.O. del vino
El Programa de Intraemprendimiento que llevan a cabo las Bodegas, que identifica y da solución a los retos que van detectando los miembros de la plantilla en su día a día, ha fomentado acuerdos con empresas como la startup Cubic Fort, que utiliza IoT para obtención de datos, robótica para obtenerlos de de cada parcela y blockchain para certificar la Denominación de Origen (D.O). Una empresa como Bodegas Emilio Moro debe a menudo proporcionar a un tercero toda la información sobre la parcela de viñedo de procedencia de la uva, así como los datos relativos a su recorrido y circunstancias para acreditar que cumple las exigencias de control y certificación de producto que requiere la obtención del sello D.O. Con este proyecto, este proceso se hace mucho más rápido, descentralizado, sin intermediario y con la posibilidad de ser fácilmente consultado por diferentes agentes.
“Desde hace años, en Emilio Moro apostamos por la innovación para tener un conocimiento preciso y veraz de lo que sucede en el viñedo, de manera que podamos controlar al máximo la calidad de la uva y sacar lo mejor de ella. Gracias a la tecnología, los procesos son más delicados, más sutiles, con lo cual la uva y todo lo que conlleva se traslada de forma más fiel a la botella. El mercado demanda vinos que sean amables en boca pero que tengan personalidad y diversidad aromática, y eso se consigue con un proceso cada vez más respetuoso con la uva que favorece la aparición de esos matices en botella”, explica José Moro.
Conjugar tradición e innovación: el secreto del éxito
Asegura que la innovación resulta clave en esta industria, especialmente en un sector que crece en competitividad con 70 Denominaciones de Origen en la actualidad (solo había 3-4 cuando se fundaron las Bodegas) y compitiendo con los bodegueros de más de 500 D.O. entre Francia e Italia. Por ello, José Moro cuenta que “el secreto de este éxito, a mi modo de ver, es que hemos sabido conjugar tradición e innovación. En Bodegas Emilio Moro hemos sido y somos fieles a nuestra tradición, pero no renunciamos a la innovación: solo innovando seguiremos teniendo un lugar destacado en un sector tremendamente competitivo como el del vino. La aplicación de las nuevas tecnologías a la viña y a todo el proceso de elaboración del vino se ha convertido para nosotros en un eje básico”.
Sin embargo, José Moro apunta que “con la tecnología no pretendemos sustituir la mano del bodeguero, sino darle más herramientas para elaborar de una manera fiable y eficaz diferentes tipos de vino para diferentes públicos. En el vino siempre hay y habrá una parte creativa y emocional que depende de las personas. El día que no sea así, nos dedicaremos a otra cosa”.
Fuente: dmdima.com